viernes, 5 de julio de 2013

SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ DE BALAGUER Y LA PRELATURA DE YAUYOS


La Santa Sede encargada a sacerdotes del Opus Dei la dirección de la Prelatura de Yauyos


La toma de posesión de la Prelatura de Yauyos fue el 2 de octubre de 1957. Sin embargo, podemos decir que la historia de esta Prelatura empieza antes. Empieza cuando el Papa Pío XII encarga a sacerdotes del Opus Dei[1], cuyo Fundador y Presidente General era San Josemaría, la dirección de esta jurisdicción eclesiástica. Este había pedido al Papa, entre las varias posibilidades que el Santo Padre le ofrecía, que le dieran el territorio que nadie quería … Y le dieron Yauyos y Huarochirí. Quizá haya sido ésta una de las últimas decisiones de Pio XII, que por entonces estaba ya muy enfermo. Va a morir un año después, el  7 de octubre de 1958. Esta decisión suponía una gran confianza de Pío XII en el Opus Dei.

Pío XII sentía una especial estima por el Opus Dei. Un acto suyo que revistió particular trascendencia fue la aprobación del Opus Dei. El Papa le otorgó el “decreto de alabanza”, o primera aprobación pontificia, el 24 de febrero de 1947 erigiéndolo en instituto secular. El 16 de junio de 1950, Pio XII concedió al Opus Dei la aprobación definitiva, que permitía la admisión de personas casadas y la adscripción de sacerdotes diocesanos a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. Por esos años el Opus Dei suponía una gran novedad para la vida cristiana en la Iglesia y en el mundo. Por eso, las aprobaciones de Pio XII suponían una gran confianza en la “Obra”. Esto explica la confianza de encargar al Opus Dei la dirección de la Prelatura de Yayos el año 1957. Además, hay que tener presente que la década de los 50, que comprende los últimos años del pontificado de Pío XII, coincidió con el período histórico de la descolonización, que afectó a varios continentes, y de modo especial a África y Asia. Como este fenómeno afectaba de modo directo a la acción misional de la Iglesia, Pio XII puso y pidió al mundo católico la prosecución del esfuerzo misionero, con el fin de afianzar aquellas jóvenes iglesias y defenderlas de los riesgos que podían amenazarlas, como las rivalidades étnicas, el materialismo, el comunismo y la expansión islámica. En episcopados continentales, cuya primera  expresión de importancia fue la primera Conferencia General de Episcopado Latinoamericano, celebrada en Río de Janeiro, en 1955, y la fundación del CELAM. Estos antecedentes explican la decisión de enorme confianza de Pío XII de encargar la Prelatura de Yauyos al cuidado de sacerdotes del Opus Dei.

El Fundador del Opus Dei se preocupaba de enviar sacerdotes a la Prelatura de Yauyos
El Opus Dei había asumido la responsabilidad, delante de Dios y de la Santa Madre Iglesia, de atender espiritualmente esta Prelatura. Y, desde el primer momento, el Fundador de la Obra se preocupó de que se incorporaran sacerdotes a esta labor.
La carta que transcribimos demuestra ese interés:

“Que Jesús me guarde a esos hijos de Yauyos.
(…) Yo os sigo os acompaño siempre, en vuestra labor sacerdotal, en vuestra anécdotas que me dan envidia, en vuestra aparente soledad.

¡Cuándo rezo por vosotros!
Sé que van dos hermanos vuestros a Yauyos ahora, y estoy seguro de que en el próximo año podrán ir todos los demás que hacen falta.

A todos y a cada uno de esos hijos, me gustaría verles despacio y charlar. Espero que el Señor me dé esa alegría cuanto antes: yo también tengo corazón y pulmones para Yauyos.

Que estéis contentos.
Que os queráis.
Que estéis muy unidos.
Que me cumpláis las Normas, y así todo irá siempre bien.
Un fuerte abrazo.
Os quiere, os encomienda a la Santísima Virgen y os bendice cariñosamente vuestro Padre”.

En otra ocasión escribía:

Queridísimo Ignacio y todos: que Jesús me guarde a esos hijos de Yauyos.
¡Cuanto deseo tenía de escribiros!
Pero ya os han ido comunicando cómo, entre enfermedades y labor inaplazable, resultaba casi imposible llenar una cuartilla.
Estoy especialmente pendiente de vosotros: os encomiendo, os hago encomendar, os acompaño y me pongo orgulloso de vosotros.
No se me ocultan las dificultades de esta tarea de roturación: tratamos de que, cuanto antes, vayan otros hermano vuestros hasta que seáis veinte y el Prelado”.

Estos refuerzos son el fruto de las oraciones y mortificaciones de San Josemaría, de la generosidad de estos sacerdotes y sus familiares, y del permiso de sus respectivos obispos.

San Josemaría Escrivá visita la Prelatura de Yauyos

San Josemaría visitó el Perú el año 1974. El 13 de julio de dicho año estuvo en Cañete y visitó el Instituto Rural “Valle Grande”, “Condoray” y el Seminario Mayor. El pueblo cañetano recibió con mucho cariño al Fundador del Opus Dei.

Era el agradecimiento por la siembre del amor a Dios en nuestras tierras, de personas que se habían tomado en serio la santidad.

Aquella vez los sacerdotes de la Prelatura de Yauyos, entre otros, asistieron a una tertulia con San Josemaría en Lima y se quedaron pasmados cuando el Fundador del Opus Dei se arrodilló para besar las manos de cado uno antes de empezar la tertulia. Mons. Novato Martín los momentos vividos en aquella ocasión:

Fue en Lima, antes de empezar una tertulia. Estábamos varios sacerdotes de la Prelatura cuando vemos que el Beato Josemaría se arrodilla en el suelo y pide besar las manos de sus hijos sacerdotes. Éramos bastantes y al Padre no le importaba dedicar todo el tiempo que hiciera falta. Nos emocionamos muchísimos, más de uno se echo a llorar. A mí, cuando me cogió las manos y me las besó sentí una alegría muy grande y me salió del fondo del alma un: ¡gracias Padre!, por ese beso y por todo lo que el Padre significaba para mí”.  Esto narraba Mons. Novato cuando Josemaría Escrivá aún era Beato.

“Todos quedaban muy agradecidos – comentaba Mons. Frutos- no solo por la respuesta acertada sino por la presencia de un santo que acercaba a Dios. Además el Beato Josemaría fue un hombre nos amó primero. Vi y conocí al Beato Josemaría en Roma en 1972. Recuerdo sus detalles de cariño, le oí decir que había que sacar muchas vocaciones, que eso era lo nuestro, en la despedida me dijo: ‘ … siento que te marches hijo mío’ … y me dio la bendición” Yo le dilas gracias por todo. Años después en Lima el Beato Josemaría de rodillas me besó las manos agradeciendo mi fidelidad. Ahora le digo: ¡gracias Padre por tu fidelidad! Me parece una figura excepcional para la Iglesia, de esas que salen muy pocas cada siglo y que ha dejado un camino de santidad y apostolado. Su figura se agigantará cada año. Es un modelo para todos y un intercesor seguro y eficaz.”

La gran preocupación de San Josemaría por los sacerdotes de Yauyos: material, salud, espiritual

San Josemaría tenía una especial preocupación por los sacerdotes de Yauyos. Esta referencia llegaba hasta los detalles más pequeños. En cierta ocasión le hacía esta recomendación a Mons. Ignacio:

“Hijo mío, no dejéis de afeitaros todos los días; porque si, por las circunstancias, os abandonáis y dejáis estos detalle, dejaréis otras muchas cosas que perjudicarían vuestro trabajo ”.

La prelatura de Yauyos se siente especialmente vinculada a San Josemaría. Lo que actualmente tenemos en la Prelatura, es gracias su generosidad y al a entrega y sacrificios de quienes, dejándolo literalmente todo, vinieron a estas tierras, a las serranías de Yauyos y Huarochirí, a dar sus vidas (algunos están enterrados aquí) de manera silenciosa y escondida, pero eficaz, con la eficacia de la santidad y del trabajo bien hecho, con la eficacia de la fidelidad a la Iglesia.

San Josemaría ha sido y es el alma de la labor que desde 1957 se viene realizando en estas tierras de Yauyos, Cañete y Huarochirí. Por otro lado, no se ha tratado solamente de una labor religiosa, espiritual. Es también una labor humana, social, cultural. Las acciones realizadas no son contabilizables de tal manera que se las pueda enmarcar en un cuadro estadístico. Sin embargo, no podemos dejar de decir que Dios ha bendecido la generosidad de quienes han trabajado en estas tierras con abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas, con movimientos cristianos que van a la raíz de la persona humana, ext.

Con motivo de las primeras ordenaciones de sacerdotes formados en el Seminario Mayor de la Prelatura de Yauyos en 1978, en la Hoja Dominical de la fecha, se hacía el siguiente comentario, después de agradecer a los sacerdotes venidos de España que habían trabajado y seguían trabajando en estas tierras, se agradecía “de un modo muy especial a Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer, quien tenía en Yauyos puesto un trozo de su corazón, pues su oración por Yauyos, desde Roma, era constante, así como su cariño y sus cartas de “¡ánimo, adelante, estáis haciendo una labor muy sobrenatural!”



[1] Esta expresión es importante: “encarga a sacerdotes del Opus Dei”. Una de las cosas que le insistió en varios ocasiones San Josemaría a Mons. Sánchez-Moreno, como me lo refería en conversación tenida el 21 de junio del 2007, era respecto a que la Prelatura de Yauyos había sido encargada a sacerdotes del Opus Dei. Una ocasión de ellas fue cuando el obispo de Yauyos había viajado a Europa para dar a conocer, en diferentes lugares de Alemania, la labor que se realiza en Yauyos, pero no sabía que título darle a todo el material preparado (eran filmaciones y diapositivas). San Josemaría le dijo entonces que exponga “La labor en la Prelatura de Yauyos encargada a sacerdotes del Opus Dei”. Así como esta, hubo otras ocasiones en que le insistió en lo mismo.

Fuente: Publicaciones de la Prelatura de Yauyos en el 2007: "Breve reseña histórica de la Prelatura deYauyos 1968-2007"
pg.  205-210
Autor: Pbro. Lic. Héctor Francia Cuya
Seminario Mayor San José

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