lunes, 27 de agosto de 2012

PADRE JOSE NOVATO MARTIN GARCIA


JOSE NOVATO MARTIN GARCIA
El P. José nació en Teruel en 1933. “Teruel también existe”, decía cuando le preguntaban sobre su origen. Era un sacerdote gordo, calvo y simpatico: “la pinta es lo de menos” también comentaba cuando se definía a sí mismo.
Era muy gracioso para todo. Cuando estaba estudiando en el Seminario Menor, nos fue a predicar un retiro en 1984. En esa meditación nos contaba –con todos los gestos y sonidos- cómo se había caído de una moto por atender otra parroquia. Era la primera meditación en la que nos matábamos de risa. Después de trabajar en en Huangáscar (sierra) y Pacarán, que está entre la costa y la sierra, bajó a trabajar –hasta su muerte- a Cerro Alegre (costa).
Allí continuó con el colegio parroquial. Le dio un impulso grande que llegó a ser el primer colegio de Cañete. Muchos querían estudiar allí. Luego aparecieron también otros colegios prestigiosos. El también tenía un alto concepto de su propio centro educativo porque –lo contaba- le “dolió” cuando un alumno del cuarto año de secundaria –que ahora ya es sacerdote- le dijo en 1987 que quería irse a estudiar al Seminario Menor “porque era un colegio mejor”. Comentaba el P. Novato que si el alumno hubiera dicho que quería ser sacerdote u otro motivo lo entendía, pero “no aceptaba” que el motivo principal fuera que su colegio no fuera tan bueno.
Sufrió muchas contradicciones de algunos pobladores de Cerro Alegre que no entendían sus trabajos y objetivos magnánimos. A veces, le tiraban piedra al carro o a la casa. En una ocasión unos ladrones entraron a robar su casa y se lo llevaron raptado. Como el P. Novato no podía callarse –desde que era niño- les fue razonando que no tenían ningún provecho tener un sacerdote raptado. Después de mucho razonar –que algún que otro ladrón razona bien- le soltaron fuera de la ciudad. Muchos de sus fieles, y algunos de los que le atacaban estaban rezando por la aparición de su párroco.
En sus clases también era chistoso. Nos daba clases de psicología. No paraba de contar chistes. La clase, por la tarde, era muy amena. Decía que entre construcciones y atención de su colegio y parroquia casi no había mucho tiempo para meter la mente en los libros de psicología. También contaba que siempre pedía al Señor, por adelantado, material y dinero en sus oraciones y actividades, de manera que cuando acababa un trabajo, ya tenía el dinero suficiente para comenzar otro. Asimismo, nos contó que un vaquero entro a un bar para tomar el licor más fuerte –y que le echaran de todo, y también una bala-, y después de beberse un vaso fuerte, se fue montado en su caballo. En la próxima ocasión, el vaquero llegó al mismo bar y pidió el mismo licor fuerte, pero esta vez pidió que no le pusieran la bala porque la vez pasada por hacer un poco de esfuerzo había matado a su caballo de un balazo y tuvo que seguir su camino a pie. Nos contaba muchas cosas más. Y, el P. Novato, nos decía que ya no quería contar más chistes porque comentaba que nosotros le íbamos a comunicar al obispo y este le iba a llamar la atención.
Cuando le decían que un nuevo sacerdote era muy bueno para predicar o confesar, decía: “escobita nueva, barre bien, pero la vieja, sabe dónde está la basura”. A mí me llamaba “filósofo” porque le hacía muchas preguntas, y me dijo que no pregunte tanto cuando viajara a España porque allí se iban a molestar y me iban a regresar; también –en una ocasión- por decirle que era un buen sacerdote, me dijo que mis palabras eran “muy prosopopeicas”, y tuve que ir hasta el diccionario para enterarme. En una ocasión en que parecía –por su profunda respiración- que dormía en una meditación, le pasé la voz para despertarle; se volteó y con voz fuerte y grave, dijo: “estoy más despierto que tú”; esto hizo que los otros sacerdotes soltaran la carcajada.
Predicaba muy bien. Con mucha lógica y gracia. En la fiesta del Señor de la Ascensión de Cachuy dijo que él nunca había visto crecer las uñas o los cabellos de la imagen del Señor de la Ascensión: cosa que estaba muy divulgada entre los fieles no muy practicantes y que van a peregrinar a Cachuy para cumplir alguna promesa a la imagen porque sino, dicen: “Cachuycito te va a castigar”. Fue nombrado “Monseñor” por ser Prelado Doméstico de su Santidad, juntamente con el P. Frutos Berzal y Mons. Josemaría Ortega Trinidad.
Fumaba mucho y comía embutidos, cosa que los médicos le habían prohibido, pero siempre decía que de algo hay que morir. Y así, fue el 2004. Su cuerpo está en la cripta del Santuario de la Madre del Amor Hermoso y su alma estará contando muchos chistes a todos sus amigos del cielo.
Publicado por Leoncio Córdova Vega

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