La Prelatura de Yauyos, Cañete y Huarochirí, cuya atención pastoral está confiada a sacerdotes del Opus Dei, fue erigida por Pío XII en 1957, hace cincuenta y cuatro años. Hoy fiesta de los santos custodios nuestra familia eclesial está de fiesta, nos encomendamos a sus oraciones para seguir llevando las almas a Dios y buscando su gloria.
Hace 4 años cuando se celebraba las bodas de oro en un artículo de romana se publicaba así:
Las celebraciones por las Bodas de Oro han recorrido varias ciudades. Comenzaron en la Sierra, el ámbito original de la Prelatura (sólo más tarde el territorio se extendió a la región de Cañete). En Alis, a tres mil cuatrocientos metros de altura, una colorida comitiva esperaba al Obispo, S.E.R. Mons. Ricardo García, que llegó acompañado de varios sacerdotes. Después de la ceremonia religiosa hubo discursos de las autoridades, danzas y cantos. También en el asiento minero de Yauricocha, a cuatro mil seiscientos metros sobre el nivel del mar (su iglesia es la que está a más altura en la Prelatura), se celebró una Santa Misa. Los mineros participaron con devoción y con sus cantos.
En la ciudad de Yauyos, antigua sede del Prelado, el estallido de cohetes dio la bienvenida a la comitiva episcopal. Acompañaban al Obispo algunos sacerdotes que trabajaron en la sierra hace años y luego volvieron a sus lugares de origen: han regresado por unos días para participar en las celebraciones y en la emoción de todos los que han sembrado la semilla del Evangelio en esas tierras de los Andes. El agradecimiento de la población también se refiere a la obra de promoción social y educativa realizada por estos sacerdotes, en una de las provincias más desfavorecidas del país.
El Obispo Prelado se dirigió a la iglesia por las mismas calles que cincuenta años atrás, el 2 de octubre de 1957, habían recorrido monseñor Ignacio Orbegozo y los cinco primeros sacerdotes que llegaron a la Prelatura de Yauyos. En la Santa Misa de acción de gracias fue administrado el Sacramento de la Confirmación a cien jóvenes.
El Alcalde Provincial deseaba rendir un homenaje a los sacerdotes: hubo discursos, poesías y danzas, para terminar con un castillo de fuegos artificiales.
El 2 de octubre por la mañana, en la Plaza de Armas de San Vicente de Cañete, sede actual del Prelado, hubo un nuevo homenaje a los cinco primeros sacerdotes que acompañaron a don Ignacio en la Prelatura. De los cinco faltaban Mons. Enrique Pélach, fallecido el pasado 19 de julio, siendo Obispo emérito de Abancay, y el P. Alfonso. Se izaron las banderas del Perú, del Estado Vaticano y de la Provincia de Cañete, y se dio lectura a los reconocimientos de la Municipalidad.
La celebración principal tuvo lugar por la tarde, con una Misa de acción de gracias en el Santuario de Nuestra Señora del Amor Hermoso, cuyo retablo está presidido por una escultura de la Virgen regalada por San Josemaría. La asistencia de fieles fue numerosísima, como manifestación del agradecimiento a los sacerdotes del Opus Dei por la labor realizada en estos cincuenta años.
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