sábado, 3 de septiembre de 2011

Domingo 23 - A / 4 de setiembre del 2011


SALUDO: La Palabra de Dios siempre es buena noticia en R.P.P.
Proclamamos el Evangelio de Jesucristo según San Mateo en el Capítulo 18, versículos del 15 al 20:
“Si tu hermano peca, vete y repréndelo, entre los dos. Si te hace caso, habrás salvado a tu hermano.
Si no te hace caso, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos.
Si nos les hace caso, díselo a la comunidad. Y si ni siquiera hace caso a la comunidad, sea para ti como el gentil y el publicano.
Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.
Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos.
Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”
PALABRA DE DIOS

Breve Comentario del Padre Clemente:
Hola amigos: Qué lindo Evangelio y qué maravillosa es la pedagogía de Dios. A mí personalmente es uno de esos Evangelios que me encanta y fascina porque, seamos sinceros con nosotros mismos, ¿qué hacemos cuando nos enteramos que alguien ha metido la pata, ha pecado o ha hecho algo que puede provocar escándalo?
Lo primero que hacemos es airear los fallos del hermano, ¿verdad que sí? ¡Qué sabroso nos resulta poder sacarle la mugre al otro contando su pecado! ¡Mejor todavía si tenemos la primicia, si somos originales en algo que los otros no sabían!
¿Lo sentimos entonces como hermano o lo convertimos en alguien que nos hace ser novedosos y originales ante los demás? Díganme si no andamos todos a la búsqueda de esas primicias que se llaman “descubrir la vida de los otros”.
En cambio, ¿os habéis fijado en la delicadeza de Dios? ¿Que te has enterado del fallo de tu hermano? Pues, mira, antes de sacarlo al aire, acércate a él. Habla con él a solas sin que se entere nadie y trata de salvarlo, de ayudarlo a que se recupere. No vayas al grupo de amigos con el chisme dejando en mal lugar al hermano. Al hermano hay que dejarlo siempre bien, buscar la manera que su pecado quede en el silencio y que nadie se entere. En todo caso, si a pesar de tu consideración no te hace caso, tampoco esparzas el chisme. Llama a otro o a dos de los hermanos y entre los tres traten de recuperarlo. Aquí lo importante no es la noticia sino la salvación, el honor y la dignidad del hermano, por más que haya metido las dos.
Incluso, si tampoco lográis que cambie, entonces díselo a la comunidad de hermanos para que sienta que todos le queremos a pesar de todo y que lo que pretendemos es ganarlo, sanarlo, recuperarlo. Claro que, si agotados ya todos los recursos no quiere reconocerse, entonces ya no te queda otro camino que dejarlo a su suerte. Porque quien no se deja convencer por el amor de sus hermanos, ese ya se queda solo y demuestra que no cree en el amor.
Es maravillosa la conclusión que saca Jesús. Todos tenemos el don de perdonar. Todos somos responsables de salvar a los demás por malos que sean o parezcan. No hace falta ser confesor para perdonar y para despertar la conversión en el corazón de los demás. ¿Cómo os sentís ante este modo de actuar que nos pide el Evangelio? ¡Aquí terminarían las chismografías y las murmuraciones! ¡Aquí comenzaría el amor al hermano que ha caído!

1.- ¡Qué delicadeza la de Jesús para con el que ha pecado!RESPUESTA: Yo diría, ¡qué delicadeza la de Jesús y la de Dios para con el pecador, “para el hermano que te ha ofendido! ¿Te das cuenta de cómo Jesús quiere tapar y que nadie se entere del pecado del hermano? Para esto se requiere un enorme corazón.
2.- Esto es, de alguna manera, lo que también la Iglesia les exige a Ustedes los confesores.RESPUESTA: El secreto de la confesión es lo más sagrado y también lo más castigado por la Iglesia. Si yo revelase tu pecado confesado la Iglesia me suspendería de mis ministerios sacerdotales.
3.- ¿Tan sagrado es el pecado?RESPUESTA: Sagrada es la persona y no el pecado. Aquí no se trata de esconder el pecado como tal, sino de salvar a la persona respetándola y valorándola por encima de su pecado. Para Dios lo más importante es la persona, mucho más que el pecado mismo con todo lo serio que es.
4.- Aquí pienso está nuestro problema. Es que damos más importancia al pecado que a la persona, por eso nos encanta airearlo, aunque la persona quede destruida.RESPUESTA: Se dice que hemos perdido el sentido del pecado; sin embargo, y pese a todas las declaraciones de los derechos humanos, mucho más hemos perdido, al menos en la práctica, el sentido de la persona, el valor de la persona.
5.- Claro, por eso nos encanta airear los pecados de los demás.RESPUESTA: Eso no se logra con leyes ni castigos. Sólo es posible recuperando los verdaderos valores humanos, de los cuales el primero, es sin duda la persona. Para Dios la persona está por encima de todo. La persona tiene, aunque la afirmación parezca exagerada, el mismo valor de Dios.
6.- Tampoco, usted se pase ahora.RESPUESTA: Yo no me paso. Quien se pasa es Dios. Dime por qué Dios se encarnó y Jesús se hizo uno de nosotros. ¿Por qué Dios permite que los hombres condenen a Jesús y tenga que morir crucificado? Yo valgo la Encarnación de Dios. Yo valgo la muerte de Jesús. Por eso aún no entiendo una cosa que hoy está de moda...
7.- ¿Qué es lo que no logra entender y que dice estar hoy de moda?RESPUESTA: Que haya tanta aversión a la religión. Que haya tanto empeño en sacar a Dios de la circulación. En tratar de prescindir de Dios en la política, en la economía y en el poder.
8.- ¿Por qué no logra entenderlo?RESPUESTA: Porque estamos suprimiendo la base y los fundamentos de la persona y, por tanto, de las relaciones interpersonales. El hombre visto sin Dios queda reducido a un consumidor, a un productor, a un comprador, a un objeto de uso.
9.- Volviendo al tema, aunque también esto sea parte de él, Jesús establece como tres pasos o momentos frente al que nos ha ofendido.RESPUESTA: Más bien yo diría que Jesús quiere que agotemos todas las posibilidades cuando se trata de corregir al que nos ha ofendido. ¡Qué bueno sería lo tuviésemos en cuenta!
10.- ¿Cuáles son esos tres pasos?RESPUESTA: El primero no levantar polvo en el camino. Arropar con nuestro silencio al hermano que nos ha ofendido. No respirar por nuestra herida sino ver cómo ayudarle a que él mismo se recupere y se renueve.
11.- ¿Esto cómo se hace?RESPUESTA: Llamarlo. ¡Qué bonito! No dejarlo solo y abandonado y marginado. Que no sienta tu resentimiento, sino tu amor, a pesar de haberte ofendido. Acercarte a él. Charlar con él. Hacerle sentir tu amor y no tu enfado. Que él sienta que a pesar de todo tú le sigues amando y queriendo. Por eso comienzas por corregirle.
12.- Pero cuando corregimos a alguien de alguna manera le estamos haciendo sentir nuestro fastidio.RESPUESTA: Creo que no hemos valorado suficientemente la corrección. La corrección es una manera de interesarnos por el otro. Yo no temo a los que me corrigen, más bien temo a los que me adulan y no me dicen mi verdad. Esos no me quieren ni me aman porque corregir es demostrarle al otro que me interesa y que lo amo.
13.- ¿Usted tiene la valentía de acercarse al que le ha ofendido y ayudarle a cambiar?RESPUESTA: Confieso que no siempre lo he hecho y no por miedo al hermano, sino por cobardía mía o por amor propio. Pero sí puedo decirte que es algo que me encanta cuando lo hago, incluso si no me escucha.
14.- Pero la gente no está acostumbrada a que le corrijan, hasta diría que lo toma a mal.RESPUESTA: Te repito. No hemos aún aprendido ni a corregir ni a dejarnos corregir. Ambas cosas son necesarias.
15.- ¿Para que llamar a un segundo si no le hacen caso?RESPUESTA: Fíjate que maravilloso es Dios, qué cortés y maravilloso. No dice que si no te hace caso mándalo a freír buñuelos, sino que seamos dos los que nos acercamos a él. Es posible que el amor de Dios pueda ablandar su corazón. Pero eso sí, que todo quede entre los tres, nada de llevar el chisme al té de tías o a la peluquería.
16.- Entonces aquí lo importante es hacerle sentir que lo amamos.RESPUESTA: Dios no soluciona los problemas ni cambia a las personas con amenazas o con chismes en los periódicos. Dios sólo cree en el amor. Sentir que dos están interesados en ti te demuestra que no nos eres indiferente incluso si nos has faltado y jorobado.
17.- Pero hay un tercer estadio, si ni siquiera os escucha a los dos, díselo a la comunidad.RESPUESTA: Fíjate bien en la frase. No dice que se lo digamos a todo el mundo, sino a la comunidad que es el ambiente, como una especie de hogar y de familia y que se sienta arropado por todos. Que todos lo amamos y que todos queremos salvarlo y recuperarlo y recrearlo, porque esta es la fuerza del perdón.
18.- Sí, pero la conclusión es brava. “Si no hace caso a la comunidad tengo como si fuese un gentil.” ¿Por qué dice esto?RESPUESTA: Es como decirle que quien no es capaz de creer y dejarse iluminar y cambiar por el amor de todos los hermanos, ese es prácticamente un imposible.
19.- ¿Por qué un imposible?RESPUESTA: Por una razón muy sencilla. Quien no cree en el amor no cree en nada ni en nadie. Quien no se deja cambiar por el amor quién podrá cambiarle. Las armas no, el miedo no. Para Dios los problemas no se solucionan por la violencia, por el grito, sino por el amor. Quien no cree en el amor no tiene remedio, vive encerrado y a ese no le entran ni balas.
20.- Me está viniendo a la mente una inquietud que no sé si a usted le va a gustar demasiado. ¿La Iglesia utiliza este camino del Evangelio cuando quiere corregir a alguien? Porque yo he visto a algunos sencillamente se les manda una carta y se las manda callar.RESPUESTA: Pero esa no es la Iglesia. Ese puede ser una persona concreta que también necesitaría que la arropasen más en el amor y la cambiasen. La Iglesia, representante de Cristo, debe ser también el sacramento de la caridad y del amor. A la Iglesia no se la conoce por la autoridad ni por el poder sino por el servicio y por el amor.
21.- ¿A Usted cuando ha fallado en algo, la Iglesia le ha llamado así personalmente?RESPUESTA: Pues aunque te parezca mentira. En la vida religiosa normalmente utilizamos mucho la corrección fraterna, pero ya a nivel de Iglesia, en alguna ocasión en la que el Cardenal Landázuri escuchó hablar algo sobre mí, tuvo la delicadeza de llamarme personalmente y contármelo. No sabes cuánto le agradecí ese gesto. Es en esos gestos pequeños es donde se conoce la verdadera estatura de las personas. Por eso siempre le tuve en gran consideración.
22.- Claro, la Iglesia tiene el Sacramento de la penitencia o confesión, que es donde revela este amor de Jesús...RESPUESTA: Pero también ahí hay que saber expresar su amor porque también ahí tenemos el peligro de hacernos más jueces que padres. Yo lo he dicho muchas veces, prefiero que Dios me eche en cara que fui demasiado blando amando, que no que me diga que fui demasiado duro con la gente.
23.- En el trasfondo del mensaje noto que si no es fácil perdonar, tampoco resulta fácil dejarse perdonar.RESPUESTA: Lo dice claramente el texto. En los tres momentos de la corrección puede haber resistencia e incluso puede cerrarse al amor de Dios y de los hermanos. Por eso a mí me gusta decir siempre a la gente: “Déjate perdonar”, “siéntete perdonado” porque es señal de que uno se ha ablandado y ya vive interiormente la experiencia del amor.
DESPEDIDA: Bueno, amigos, ¿hay alguien en vuestras vidas que os ha ofendido? No dejéis pasar el día. Acercaos a él con mucho amor y reconcíliate con él para que él se reconcilie contigo y volveréis a ser hermanos.

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